Yo no se si entre los lectores de este blog haya algunos de Veracruz. Si así es, seguramente ya tiene varias semanas que son testigos, como yo, de la guerra sucia electoral que actualmente libran los principales contendientes a la gubernatura. ¿Cómo no verla? Está por todas partes, desde las agresivas llamadas telefónicas no deseadas para invitarte a responder encuestitas piteras (siempre sesgadas hacia el delfín oficial, el Marranito Duarte), hasta los alardes fascistas de cientos de retrasados mentales con playeras rojas que salen a las calles a "desfilar" y lanzar insultos a sus adversarios. Es evidente que el "estilo" de hacer política en Veracruz se basa fundamentalmente en tirar mierda a diestra y siniestra.
No puede ser de otra manera, por cierto, con un gobernador que a lo largo de seis años actuó siempre como señor feudal que a sus adversarios o los compró, o los amenazó, o de plano los aplastó.
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